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Aborto ¿un acto de amor?

Hace ya bastante que vengo pensando y tratando de encontrar mi sentir con respecto a la discusión sobre la legalidad del aborto y realmente no consigo tomar un posición que me deje sin cosquillas de dudas, en ambas posiciones.
Veo mujeres que admiro profundamente, sus vidas, pensamientos y sentires, de ambos lados y con argumentos tan validos unos como otros, lo cual me complica más aún!
Sé que muchas mujeres mueren por las condiciones de insalubridad en las que se practican la mayoría de abortos, y me indigna, porque casi como siempre en este país tu vida vale según tu cuenta bancaria, y si no, no vales nada; y eso a veces me inclina la balanza sobre apoyar esta medida.
Sé también sobre las difíciles condiciones que hoy en día suelen encontrarse algunas  mujeres, algunas de ellas demasiado jóvenes, en las cuales un embarazo es la peor noticia del mundo.
Se de lo solitario y difícil que puede ser el camino de la maternidad para muchas mujeres, solitario y difícil a pesar incluso de tener una pareja o estar con el padre del niño. Por eso mi trabajo apunta a ellas, y me apasiona acompañarlas en este recorrido. Sé, qué diferente suele ser el ejercicio pleno de la paternidad con respecto a la demanda extrema de la maternidad.
Pero también sé que nos merecemos un largo y tendido debate sobo todo el sistema de amparo a la mujer y la familia.
Me hubiera gustado o me gustaría que antes de llegar a este punto, podamos ejercer nuestro derecho de reclamar algunas cosas, que yo creo que allanarían un poco el camino de esta discusión.
Yo quiero una mujer libre y plena en el ejercicio de sus derechos, por ejemplo al derecho de disfrutar de una infancia sana, de haber sido una niña donde sus necesidades básicas estén satisfechas, donde tenga una familia que la contenga emocionalmente y una educación lo suficientemente profunda como para poder elegir de adulta que quiere hacer con su vida; que pueda elegir el trabajo que quiera, que sea libre de elegir la pareja que quiera, que sea libre de elegir si quiere o no tener hijos y la edad que quiera y en las condiciones que quiera, que pueda elegir en plenitud sobre su vida; probablemente con estas mujeres de tan plena capacidad de elegir, la decisión de abortar este bastante más reducida.
Hay una inmensa cantidad de variables a discutir, antes de el aborto. A veces atrás de un embarazo no deseado no siempre hay una decisión que refleja la libertad, porque tal vez si las condiciones personales, familiares, laborales y sociales fueran otras, probablemente no sería un embarazo no deseado, y el aborto no sería la solución a un problema.
Yo tengo miedo que confundamos la libertad de elección con la respuesta a un problema que en otras condiciones no sería un problema.
Cuando era más chica y hasta no hace mucho estaba a favor de la legalización del aborto, aunque tenía muy claro que no es algo que yo haría conmigo. Pensaba que la legalidad podía mejorar las condiciones en las que muchas chicas que se someten a un aborto, terminan muertas y era algún modo de aunque sea, salvar una de las dos vidas, tal vez porque yo lo podría haber pasado, porque hasta mi propia madre intentó convencerme de mil formas que abortar a mis 19 años, era la mejor decisión y la correcta, porque un niño a esa edad iba a complicarme para toda la vida,  pero a pesar de todos y contra todos, yo continué con mi embarazo, porque yo ya era libre a mis 19! Lamentablemente el final fue el mismo, porque mi hijo murió a los 3 meses y medio de nacido, a causa de una cardiopatía producto de una malformación genética, y durante muchos mi vida se complico demasiado, y no por tener un hijo, si no por no tenerlo.
Hoy ya no lo tengo tan claro; tal vez porque sé en carne propia del dolor de tener un hijo muerto, y 20 años plagados de escenas imaginarias compartidas con él, suponer cuán distinta podría haber sido mi vida si él hubiera estado conmigo, tengo muchas certezas de que me hubiera equivocado un poco menos, porque hubiera estado pensando por los dos.
No lo tengo tan claro, porque vi y sentí la profundidad del dolor de una amiga con un aborto espontáneo, el dolor físico, el dolor del alma; y ese dolor es verdaderamente inagotable.
¿Quien puede saber cuales son las mejores o las peores condiciones para tener un hijo?
He conocido mujeres que haber quedado embarazadas en las peores condiciones, según muchos, y con todo en contra, les salvó la vida. Porque decidir amar a otro sin conocerlo, es decidir amarse a uno mismo y empezar a crear un mundo mejor para dos.
Sé como cambió mi vida por haberme animado hace poco años a volver a tener hijos y mis días desde hace casi 5 años son mágicos por ellos, y son mi más grande fuente de inspiración y fortaleza para luchar por mis derechos y libertades; ellos descubrieron mi mejor versión!
Si la decisión de hacerse un aborto trae de cola, no haber sabido como cuidarse, no tener sustento económico para criarlo, no tener pareja, ni familia que acompañe, sentirse sola y no saber que hacer con eso, creer no poder criar a un niño; entonces la discusión no es sobre el aborto, la discusión es social!
El problema no es el embarazo no deseado, el problema es la educación, el problema es la inestabilididad económica y laboral, el problema es la vulnerabilidad emocional, familiar y social en las que viven MUCHAS mujer y niñas. Entonces la discusión es sobre lo absurdo del sistema obsoleto de adopciones, la discusión es sobre las políticas públicas con respecto a la infancia, la educación, la violencia de género, el cuidado de la mujer, la discusión es sobre las condiciones de empleo, y las fuentes de empleo, la discusión es sobre lo ridículo de las licencias por maternidad tan breves, y las pérdidas que eso arrastra; la discusión es sobre qué tipo de derecho reclamamos.
Abortar no es un remedio, abortar es una práctica quirúrgica, que debería ser la última opción posible a tomar, cuando ya se han agotado todas. Y como práctica médica, debiera contar con acompañamiento terapéutico de contención, antes y después.
Para mí tener libertad de elegir sobre la propia vida, debiera empezar muchísimo antes de quedar embarazada.
Pero, no se! todavía lo sigo pensando, hoy mi balanza se inclina más por la no legalización del aborto, pero solo por miedo de no animarnos a solucionar los verdaderos problemas y que el aborto sirva de tapa de una olla muchísimo más grande y mas grave, y las heridas a largo plazo vayan a ser más profundas de lo que podemos imaginarnos.
Yo soy libre, ejerzo plena y felizmente mi libertar y hago apología de la libertad. Pero siempre intento ser coherente, y congruente con un mayor propósito que es el amor, y me quedan muchas dudas, de que decidir interrumpir voluntariamente un proceso que naturalmente solo tiene como fin la vida, sea un acto de amor.
Les dejo un texto que encontré buscando, investigando y que me pareció brillante e inspirador.
Gracias por haber llegado hasta aquí! Es solo mi simple sentir.
Flavia 

"He podido observar varias veces a mujeres jóvenes que, después de haberse provocado un aborto, presentaban constantemente problemas en los órganos genitales. Se sentían muy culpables por haber interrumpido la vida de alguien y debían castigarse. Algunas siguen llevando un bebé psicológico, es decir, tienen el vientre inflamado como si estuvieran embarazadas. Otras incluso se crean un fibroma en el útero, señal de que todavía no aceptan la elección que hicieron. Si estás entre aquéllas que han sufrido un aborto, es importante que pienses que, en ese momento, considerar la idea de tener un hijo estaba más allá de tus límites.
En cambio, si estás considerando la idea de abortar, te recomiendo que reflexiones seriamente sobre ello. En mi opinión, cuando una mujer queda embarazada es porque eso forma parte de una experiencia que tiene que vivir, y si no deja que sus temores la invadan y se pone en manos de la Divinidad, todo se arreglará del mejor modo. Muchas personas creen haber llegado a su límite cuando en realidad tienen mucha más fuerza de la que creían.
También es importante que no te dejes influir por nadie. Dedica tiempo a comunicarte con el alma de ese pequeño ser que llevas en ti y toma tu propia decisión. Si te decides abortar, debes saber que el rechazo que haces sentir a ese ser volverá un día a ti, según la intención que te motivó. Si estás en paz contigo misma te será fácil aceptar las consecuencias de tu decisión.
En lugar de ver el mal que pueda haber en una acción determinada, la persona sensata admite que todos sus actos y decisiones tienen consecuencias. Entonces, aceptarás mental y emocionalmente que, un día u otro, deberás vivir a tu vez una forma de rechazo. Además, concédete el derecho de no tener éxito en todo lo que emprendas, y de llegar hasta el final de las cosas. Reconoce tus límites en todo."
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http://www.sanateysana.com/diccionarioemocional.html#_ABORTO,_ESPONTÁNEO


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