¿En qué momento fue que olvidamos qué es un "No"?
Fácil... cuando eramos niños...
Cuando me obligaron a saludar con un beso aunque no quería, aprendí que un "No" bajito con vergüenza no tiene valor.
Cuando algún adulto chistoso me hacía cosquillas o algún juego de manos, y yo quería parar porque no me daba gracia o simplemente ya no me divertía, como a él si le resultaba gracioso podía seguir, ahí aprendí que en mi cuerpo no mando yo, que si hay alguien más grande o mas fuerte, sigue decidiendo sobre mis ganas y mi diversión, aunque diga que "No".
Cuando me llevaron al circo porque a "todos los chicos les gusta los circos" y me atraganté la bronca todas las funciones porque ser la única que dice "No" es ridículo! es de rara!
Cuando al primer berrinche cambiaron de un NO a un Si para no escucharme, aprendí que ser prepotente e inestable emocionalmente, vale mas que un NO.
Y vamos a mi favorito... cuando me "obligaron a compartir"!!
En la infancia lo que vamos aprendiendo son patrones de conducta y de comunicación que luego sostendremos durante toda la vida adulta, algunos muy saludables y otros no tanto, y ahí salvo que tengamos a la dicha de abrazar psicólogos de todos los corrientes por décadas para que nos salven (como es mi caso) algunos arrastrarán esas formas toda la vida y las transmitirán a sus hijos y la rueda seguirá indefinidamente...
Es por eso que cuando estamos criando un hijo, no solo afectamos su infancia, si no toda su vida adulta y los hijos que tendrá; porque en la infancia no enseñamos, modelamos! modelamos estilos vinculares, maneras de comunicarse, formas de actuar y reaccionar.
En este intento feroz de la socialización hay una especie de obsesión por enseñar a los niños a compartir... y aquí es donde me quiero meter de cabeza para explicar un patrón de comunicación que enmascarado de generosidad puede ser tóxico!
Compartir es la habilidad de partir algo para disfrutarlo con otro, y aunque parece algo simple, es bastante complejo, primero tiene el requisito de que sea algo "partible", luego de que entienda que hay un "otro", después conocer la noción de "disfrute", sumado al conocimiento de que cuando se disfruta con otro suele ser más lindo. Es bastante, no?
Ahora, yo quisiera saber, cuantos adultos saben esto y tienen estas competencias???
Bien... porqué entonces pretendemos que los niños las tengan?
Compartir es una habilidad social compleja y avanzada, incluida en la prosocialidad, que sería algo así como, cierta habilidad, que no es absolutamente necesaria para sobrevivir en una comunidad pero que sabemos que mejora la calidad de la misma, nos aporta mayor bienestar y experimentamos alegría.
Una habilidad social, implica procesos intelectuales, conocimientos conceptuales, y cierto grado de inteligencia emocional.
Habrán notado que es muy difícil que un niño posea todas estas competencias por si solo, es evidente que tiene que adquirirlas y es precisamente a través del modelado de los adultos que lo crían.
Cuando obligamos a un niño a compartir, muy lejos de este modelado, estamos instalando un patrón de conducta y comunicación basado en la violencia y la coacción. En el mundo infantil la vida es todo presente, nada tiene más valor que lo que está sucediendo en el momento, su mundo es todo lo que lo rodea y ve en ese momento, por lo tanto todo el mundo de un niño pequeño puede ser una pelota, una muñeca o una bolsa de caramelos. Si hago que un niño comparta algo que no quiere, estoy mostrando que: aunque yo diga que "NO", bajo presión, extorsión y coacción tengo que ceder a la voluntad de otro; y por otro lado, enseño que: si quiero, puedo presionar o coaccionar a alguien a que me de algo contra su voluntad, no escucho que me dice "NO", solo sigo lo que yo quiero.
Ahora trasladen esta escena a cualquier situación de la vida adulta, personal, laboral, social, la que quieran... como se siente?
Hay una manera de salir de este meollo y es muy simple...!
Enseñar a decir "NO", enseñar a escuchar y aceptar un "NO"; enseñar a preguntar en vez de "quitar".
Entonces, preguntar... esperar la respuesta y si es un "NO" escucharlo y aceptarlo!!!! Si tengo algo que no quiero compartir, estoy en mi derecho de cuidarlo; si alguien me dice que no, sé que esto es posible, lo acepto y busco otra cosa.
¿Cómo se modela? de la misma manera, pregunto, escucho y acepto, pido que me pregunten, hablo y acepto. No quito! aviso! comunico! Esto se hace desde el bebe recién nacido! (pero es muy largo para explicarlo ahora)
Son patrones de comunicación, modelos de vínculos.
NO es NO desde el minuto cero de vida y para siempre, sin titubeos, sin cambiar de opinión, (recomiendo articulo de berrinches)
Dando ejemplos de compartir en vez de obligar, que los niños te vean compartir, para que lo hagan desde su voluntad y deseo, instalar la pregunta en la comunicación, no dar nada por hecho, permitirse preguntar y animarse a escuchar un "NO" para tener muchas oportunidades de "SI".
Dar lugar a la palabra completa, el gesto, la intensión, la emoción, recuperar el cara a cara, hablar mirando a los ojos para entender la comunicación completa, tantas redes sociales, nos perdemos del cuerpo que habla en todas sus formas.
No solo nos vamos olvidando del "NO", si no del otro como ser humano, la comunicación virtual es maravillosa en acercarnos las distancias y la inmediatez, pero de algún modo nos deshumaniza, nos hace perder la riqueza de la proximidad física para descubrir al otro, para reconocerlo y descubrirlo humano, un otro igual, con quien empatizar, y sin empatía estamos acabados!
Sin poder reconocer a ese otro que me dice que "NO" como un ser humano igual a mi, no puedo empatizar, entonces puedo lastimarlo sin reservas, porque es un objeto de mi satisfacción, o cuanto más un avatar.
Recuperar la subjetividad de la mirada en la comunicación, la conexión gestual más allá de las palabras, para que sea posible que se entienda de una vez por todas que NO es NO!
Que aprendamos a vernos, escucharnos, sostenernos, respetarnos, aceptarnos.
Si nos pensamos juntos, es más fácil!
Flavia.
Fácil... cuando eramos niños...
Cuando me obligaron a saludar con un beso aunque no quería, aprendí que un "No" bajito con vergüenza no tiene valor.
Cuando algún adulto chistoso me hacía cosquillas o algún juego de manos, y yo quería parar porque no me daba gracia o simplemente ya no me divertía, como a él si le resultaba gracioso podía seguir, ahí aprendí que en mi cuerpo no mando yo, que si hay alguien más grande o mas fuerte, sigue decidiendo sobre mis ganas y mi diversión, aunque diga que "No".
Cuando me llevaron al circo porque a "todos los chicos les gusta los circos" y me atraganté la bronca todas las funciones porque ser la única que dice "No" es ridículo! es de rara!
Cuando al primer berrinche cambiaron de un NO a un Si para no escucharme, aprendí que ser prepotente e inestable emocionalmente, vale mas que un NO.
Y vamos a mi favorito... cuando me "obligaron a compartir"!!
En la infancia lo que vamos aprendiendo son patrones de conducta y de comunicación que luego sostendremos durante toda la vida adulta, algunos muy saludables y otros no tanto, y ahí salvo que tengamos a la dicha de abrazar psicólogos de todos los corrientes por décadas para que nos salven (como es mi caso) algunos arrastrarán esas formas toda la vida y las transmitirán a sus hijos y la rueda seguirá indefinidamente...
Es por eso que cuando estamos criando un hijo, no solo afectamos su infancia, si no toda su vida adulta y los hijos que tendrá; porque en la infancia no enseñamos, modelamos! modelamos estilos vinculares, maneras de comunicarse, formas de actuar y reaccionar.
En este intento feroz de la socialización hay una especie de obsesión por enseñar a los niños a compartir... y aquí es donde me quiero meter de cabeza para explicar un patrón de comunicación que enmascarado de generosidad puede ser tóxico!
Compartir es la habilidad de partir algo para disfrutarlo con otro, y aunque parece algo simple, es bastante complejo, primero tiene el requisito de que sea algo "partible", luego de que entienda que hay un "otro", después conocer la noción de "disfrute", sumado al conocimiento de que cuando se disfruta con otro suele ser más lindo. Es bastante, no?
Ahora, yo quisiera saber, cuantos adultos saben esto y tienen estas competencias???
Bien... porqué entonces pretendemos que los niños las tengan?
Compartir es una habilidad social compleja y avanzada, incluida en la prosocialidad, que sería algo así como, cierta habilidad, que no es absolutamente necesaria para sobrevivir en una comunidad pero que sabemos que mejora la calidad de la misma, nos aporta mayor bienestar y experimentamos alegría.
Una habilidad social, implica procesos intelectuales, conocimientos conceptuales, y cierto grado de inteligencia emocional.
Habrán notado que es muy difícil que un niño posea todas estas competencias por si solo, es evidente que tiene que adquirirlas y es precisamente a través del modelado de los adultos que lo crían.
Cuando obligamos a un niño a compartir, muy lejos de este modelado, estamos instalando un patrón de conducta y comunicación basado en la violencia y la coacción. En el mundo infantil la vida es todo presente, nada tiene más valor que lo que está sucediendo en el momento, su mundo es todo lo que lo rodea y ve en ese momento, por lo tanto todo el mundo de un niño pequeño puede ser una pelota, una muñeca o una bolsa de caramelos. Si hago que un niño comparta algo que no quiere, estoy mostrando que: aunque yo diga que "NO", bajo presión, extorsión y coacción tengo que ceder a la voluntad de otro; y por otro lado, enseño que: si quiero, puedo presionar o coaccionar a alguien a que me de algo contra su voluntad, no escucho que me dice "NO", solo sigo lo que yo quiero.
Ahora trasladen esta escena a cualquier situación de la vida adulta, personal, laboral, social, la que quieran... como se siente?
Hay una manera de salir de este meollo y es muy simple...!
Enseñar a decir "NO", enseñar a escuchar y aceptar un "NO"; enseñar a preguntar en vez de "quitar".
Entonces, preguntar... esperar la respuesta y si es un "NO" escucharlo y aceptarlo!!!! Si tengo algo que no quiero compartir, estoy en mi derecho de cuidarlo; si alguien me dice que no, sé que esto es posible, lo acepto y busco otra cosa.
¿Cómo se modela? de la misma manera, pregunto, escucho y acepto, pido que me pregunten, hablo y acepto. No quito! aviso! comunico! Esto se hace desde el bebe recién nacido! (pero es muy largo para explicarlo ahora)
Son patrones de comunicación, modelos de vínculos.
NO es NO desde el minuto cero de vida y para siempre, sin titubeos, sin cambiar de opinión, (recomiendo articulo de berrinches)
Dando ejemplos de compartir en vez de obligar, que los niños te vean compartir, para que lo hagan desde su voluntad y deseo, instalar la pregunta en la comunicación, no dar nada por hecho, permitirse preguntar y animarse a escuchar un "NO" para tener muchas oportunidades de "SI".
Dar lugar a la palabra completa, el gesto, la intensión, la emoción, recuperar el cara a cara, hablar mirando a los ojos para entender la comunicación completa, tantas redes sociales, nos perdemos del cuerpo que habla en todas sus formas.
No solo nos vamos olvidando del "NO", si no del otro como ser humano, la comunicación virtual es maravillosa en acercarnos las distancias y la inmediatez, pero de algún modo nos deshumaniza, nos hace perder la riqueza de la proximidad física para descubrir al otro, para reconocerlo y descubrirlo humano, un otro igual, con quien empatizar, y sin empatía estamos acabados!
Sin poder reconocer a ese otro que me dice que "NO" como un ser humano igual a mi, no puedo empatizar, entonces puedo lastimarlo sin reservas, porque es un objeto de mi satisfacción, o cuanto más un avatar.
Recuperar la subjetividad de la mirada en la comunicación, la conexión gestual más allá de las palabras, para que sea posible que se entienda de una vez por todas que NO es NO!
Que aprendamos a vernos, escucharnos, sostenernos, respetarnos, aceptarnos.
Si nos pensamos juntos, es más fácil!
Flavia.
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