El juego es comunicación, es lenguaje de amor, es poner el cuerpo, los sentidos, las emociones. Es dejarse llevar por la imaginación, por lo incierto y la aventura.
El juego en el niño es la puerta de entrada al mundo, jugando reconocen a sus afectos, a su entorno, el único lenguaje en el que el niño está cómodo para adentrarse en este mundo es el juego.
A esta serie de juegos que se da en los primero años, Daniel Calmels, maravilloso psicomotricista argentino, los denominó: Juegos de Crianza.
Son esos momentos de juegos casi espontáneo que surgen entre los bebes/niños y sus cuidadores en los primero años, muchos de ellos los hemos jugado sin saber cuanta importancia tenían, ni que impronta tan fuerte pueden dejar en los niños.
Él nos dice que el cuerpo se construye en relación con los otros, como si con tener un cuerpo no bastara para conocerlo, si no que es indispensable la presencia un otro. Por otro lado señala que las acciones lúdicas (juego) constituyen una inagotable fuente de aprendizaje.
Cuando un niño es jugado, es al mismo tiempo tocado, besado, mecido, abrazado, mirado, hablado, y en ese espejo que somos del niño le vamos mostrando todo lo que puede alcanzar.
Nos pone a los adultos en condición de disfrute, de recuperar y mimar nuestro propio niño interior, haya sido o no jugado, le damos la posibilidad no solo a nuestro hijo de este aprendizaje corporal, emocional y vincular si no que también vamos sanando nuestro niño interior y nuestra infancia.
Jugar con nuestros hijos no solo los beneficia a ellos en la construcción psicomotriz de su propia corporalidad, si no que también lo pone acción con el mundo y con los otros, le muestra estilos de vínculos y su capacidad emocional, que nunca está en riesgo cuando es jugada.
Jugando le mostramos el mundo y nos mostramos a nosotros mismos.
Y como si todo eso fuera poco, jugar muchas veces, si no la mayoría termina en risa y la risa....
activa las neuronas espejo
oxigena nuestro cerebro
genera dopamina (reductora de estrés)
libera tensión emocional
alivia la ansiedad
es un pegamento social
Jugar amplia el repertorio de las emociones positivas como la empatía, la alegría, la autoestima, la confianza. Jugar junto a mamá y/o papá mejora la vida de ambos!
Abran la puerta para ir a jugar!! no se van a arrepentir!!! Los buenos tratos prodigados en la infancia tiene efectos duraderos para toda la vida.
Buena semana!!!
Flavia
Por si alguien quiere seguir investigando sobre los juegos de crianza les dejo el link de la fanpage de Daniel Calmels
Y los datos de mis talleres presenciales!!!
Jugar con nuestros hijos no solo los beneficia a ellos en la construcción psicomotriz de su propia corporalidad, si no que también lo pone acción con el mundo y con los otros, le muestra estilos de vínculos y su capacidad emocional, que nunca está en riesgo cuando es jugada.
Jugando le mostramos el mundo y nos mostramos a nosotros mismos.
Y como si todo eso fuera poco, jugar muchas veces, si no la mayoría termina en risa y la risa....
activa las neuronas espejo
oxigena nuestro cerebro
genera dopamina (reductora de estrés)
libera tensión emocional
alivia la ansiedad
es un pegamento social
Jugar amplia el repertorio de las emociones positivas como la empatía, la alegría, la autoestima, la confianza. Jugar junto a mamá y/o papá mejora la vida de ambos!
Abran la puerta para ir a jugar!! no se van a arrepentir!!! Los buenos tratos prodigados en la infancia tiene efectos duraderos para toda la vida.
Buena semana!!!
Flavia
Por si alguien quiere seguir investigando sobre los juegos de crianza les dejo el link de la fanpage de Daniel Calmels
Y los datos de mis talleres presenciales!!!
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